El Abra de Zipaquirá y el Tequendama de Soacha



El Abra de Zipaquirá y el Tequendama de Soacha


Por: Jorge TORRES, Blogotano.

A cincuenta kilómetros al norte de Bogotá, se encuentra Zipaquirá, ciudad que se conoce por sus atractivos turísticos, allí llegan los vestigios del tren, que la visitan cada semana, vapores que datan de 1920 y que recorren las faldas de los Andes orientales desde la abandonada estación de La Sabana en Bogotá hasta las minas de sal, luego convertidas en la famosa Catedral de Sal, de profundos socavones de doscientos metros que se abren bajo tierra en un recorrido de esculturas alusivas a Cristo y que terminan en una bóveda de una gran cruz iluminada en su fondo, es un fenómeno visual majestuoso. Otro atractivo es el centro colonial, de casas blancas, balcones de madera y tejados de barro que preceden a la Plaza de los Comuneros, con su iglesia de media portada de ladrillo y media de mármol, también se destaca el edificio blanco de la alcaldía, en estilo francés. Además, en Zipaquirá se graduó de bachiller Gabriel García Márquez, dicen que allí descubrió su pasión por la literatura, en la ciudad hay una casa conmemorativa al Nobel. Sin lugar a dudas, estos sitios son de gran importancia, pero hay un lugar poco conocido, tristemente omitido en las aulas de clase y que tiene jerarquía histórica, hasta tal punto que puede dar a largo plazo a esta pequeña urbe el status de Patrimonio de la Humanidad y porqué no, ingresar al selecto grupo de las ciudades más antiguas del mundo habitadas continuamente, ese lugar se llama: El Abra de Zipaquirá, allí también estuvo el científico holandés Thomas Van Der Hammen, el mismo de la reserva. 




Plaza de los Comuneros de Zipaquirá (Foto internet)
                             

    Catedral de Sal de Zipaquirá (Foto internet)



Antes de continuar, hago un pequeño contexto. Para encontrar información sobre El Abra, llegué por casualidad, me surgió luego de buscar los significados de los nombres Chibchas del centro del país. Por ejemplo, la etimología de Cundinamarca, viene de Kuntur Marqa, Kuntur (Cóndor) y Marqa (Tierra), o sea “Tierra del cóndor”, ironía es que los primeros colonos extinguieron los cóndores de la región y su escudo de armas tiene un águila negra…pero la palabra que me llevó a El Abra, es Tequendama, nombre que siempre me gustó, es elegante, pero a la vez increíble que siendo un vocablo tan común e importante es difícil encontrar su significado. Después de investigar en la Academia Colombiana de la Lengua, con expertos del Caro y Cuervo, algunos lingüistas, no encontré respuesta. Finalmente, apareció su significado…en Wikipedia …en inglés…para ser exactos, allí nos dice la fuente que Tequendama significa “El hombre que se lanza abajo”, no tengo certeza de la veracidad, por lo tanto, es lo más cercano al significado de esa bella palabra Muisca. 
Gonzalo Correal 
(Foto de internet)

Volviendo al tema, en la página de Wikipedia, al buscar sobre Tequendama, el artículo me relacionó con el sitio arqueológico ubicado en Soacha y a su vez éste también relataba la relación con El Abra de Zipaquirá, de fuente estaba el libro “INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS ABRIGOS ROCOSOS DEL TEQUENDAMA”. Éste dice que los sitios arqueológicos de las dos ciudades son de los vestigios (cabezas de flechas) más antiguos de América, pues los despojos humanos y herramientas datan aproximadamente ¡12000 años de historia! Allí a finales de los años sesentas del siglo pasado, el equipo conformado por el antropólogo Gonzalo Correal de la Universidad Nacional y el geólogo Thomas Van Der Hammen de la Universidad de Leiden descubrieron los asentamientos, también antropólogos de la Universidad de Indiana de Estados Unidos estuvieron en el sitio. Estos lugares y en general, la Sabana de Bogotá, por su privilegiado clima, acceso a recursos hídricos y variedad de alimentos ha estado residida continuamente desde el Pleistoceno. 

  Thomas Van Der Hammen
(Foto de internet)

Esto me lleva a concluir que la cultura Muisca y los asentamientos de El Abra de Zipaquirá y de Tequendama en Soacha y en general la Sabana de Bogotá derivaron luego en ciudades tan ancestrales como las de las culturas Mesopotámicas- no es una exageración, por ejemplo, Biblos en Líbano o Damasco en Siria datan de 10000 años aprox. De seguir investigaciones, tanto El Abra como Tequendama pueden ser de los vestigios de asentamientos más antiguos del continente americano, los expertos lo llaman, del periodo cerámico, ya que lo encontrado en los años sesentas corresponde a herramientas y flechas líticas o de piedra, al parecer era una cultura nómada en la región, pero como dice el  antropólogo Alvaro Botiva Contreras en su libro Colombia Prehispánica "A lo largo de 51 años de investigación arqueológica en el altiplano (1937-1988) se ha ido complementando la información; cada trabajo hace énfasis en aspectos distintos, tanto que, a veces, da la impresión de conocer puntos de vista contradictorios. Si a lo anterior se agregan las diversas interpretaciones sobre el poblamiento, formas de organización y períodos de ocupación, resulta entonces claro que hacer una presentación de esta región es tarea difícil aventurada." en conclusión, hay todo por estudiar.

 Petroglifos de El Abra
(Foto de internet)




 Rocas de El Abra de Zipaquirá
(Foto de internet)


Lastimosamente esta historia no ha sido divulgada en las aulas de clase, no se le da importancia, ni en los libros comunes de historia. Al verificar en la página web del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) en su atlas interactivo, estos lugares El Abra y Tequendama apenas aparecen señalados, pero no tienen la categoría de Parque Arqueológico como San Agustín en el Huila. 


 Rocas del Tequendama
(Foto de internet)

Como propuesta sería importante destacar más estos lugares para darles la importancia y preservación merecidas, tal como el proyecto de la Reserva Forestal Thomas Van Der Hammen, reforestarla para de nuevo encontrar la flora y fauna original del altiplano, lo mismo se puede hacer para los sitios de El Abra y Tequendama, crear Parques Arqueológicos para profundizar en la historia, desenterrarla, que siempre da sorpresas, es como la punta del Iceberg. El legado de Correal y de Van Der Hammen en los descubrimientos arqueológicos, y de Van Der Hammen en la reserva son loables. 




 Bosque las Mercedes, en la Reserva Van Der Hammen, así era la vegetación antes de la deforestación de la Sabana de Bogotá. 
(Foto de internet)

La historia anterior a la colonización europea (es la que poco enseñan en los colegios) no se le da el peso correspondiente…la arqueología y antropología deberán destacar la antigüedad de los pueblos Muiscas, Tayronas, Zenúes, etc…para hacerla extensiva a las aulas de clase, con sus tradiciones que en el fondo son las raíces también de nuestra cultura. En mi opinión, de comprobarse, no me parece exagerado decir que tanto Zipaquirá como Soacha podrían estar algún día en el listado selecto de las ciudades más antiguas continuamente habitadas por el hombre y ambas podrían ser Patrimonios de la Humanidad, pero para llegar a este nivel, se necesita investigar, invertir, educar (por ejemplo, Soacha, tiene una triste y terrible historia social y de pobreza) y buscar proyectos como un Parque Arqueológico para preservar y evitar que no urbanicen estos territorios como quieren con la Reserva Van Der Hammen. Las culturas indígenas son antiguas, hay que reescribir la historia y dejar de hablar del continente americano como “El nuevo mundo” por el “continente ancestral”.



  Salto del Tequendama en 1856 - (Con aguas limpias...)
       Frederic Edwin Church
(Foto de internet)




Enlaces:
-Tequendama:
-El Abra:
-El Atlas interactivo del ICANH:
-Resumen del libro INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS ABRIGOS ROCOSOS DEL TEQUENDAMA con una presentación de lo hallado en la época:
-Listado de las ciudades más antiguas del mundo habitadas: https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_oldest_continuously_inhabited_cities
-Artículo del Banco de la República sobre el poblamiento de la Sabana de Bogotá Prehispánica:
 Sitio arqueológico de Soacha


Comentarios

  1. Buena investigación, buen artículo. Felicitaciones Jorge. Coincido en que Tequendama es una bella palabra. Merecería que una ciudad Colombiana llevará su nombre.

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    1. Muchas gracias por tu comentario apreciado Enrique, así Tequendama es una palabra muy bella, pero aún sin etimología concreta...un abrazo.

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  2. Gracias por recuperar esta información. Recomendación de editora: ahoga unas cuantas comas y añade subtítulos.

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    1. ¡Muchas gracias por tu comentario y lectura, apreciada Gloria! ahí iré puliendo el estilo poco a poco, efectivamente, hay que redescubrir nuestra historia. ¡Un gran abrazo y te informaré de futuros artículos!

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