AMÉRICA PARA LOS AMÉRICANOS, DEL CONTINENTE

 

Por: Jorge TORRES – El Blogotano 


Hace unos días observaba en redes sociales la imagen del meme donde se muestra que todo el continente se llama América y no un solo país, como protesta de los muchos internautas de los países del continente sobre el apelativo que utilizan los Estados Unidos para autodefinirsen ellos mismos como Américanos, no siendo inclusivos y quitándole espacio a todo el continente y sus ciudadanos. “Americano’ o ‘American” “Les Américains” dicen muchos como retahíla sin razón en varios idiomas para referirse al país norteño. Por tal motivo me puse en la tarea de investigar de dónde venía el nombre del continente y qué tanta relación tiene esta palabra con el país de Mickey Mouse. Estos cuestionamientos me surgieron además con el regreso del populismo a los Estados Unidos en el segundo mandato de Donald Trump y su nacionalismo bajo el slogan de campaña “Make America Great Again” con la gorra roja y cuyo movimiento conocido con sus siglas de MAGA llevan a impulsar políticas absurdas como querer por ejemplo cambiar el tradicional nombre del Golfo de México al “Golfo de América”. Lo cual me lleva a las preguntas, ¿Qué relación directa tienen los Estados Unidos con el nombre de América?, ¿Por qué se autodenominan América en vez respetar el nombre del continente? Esta idea se consolidó el pasado diciembre de 2024, luego de una visita a Bogotá, buscando libros por una de mis calles preferidas, la calle 14, llena de librerías, en pleno centro histórico, en uno de esos almacenes atiborrados de estantes colmados de textos encontré entre cientos de escritos, un libro en una esquina que llamó mi atención “Amérigo y el Nuevo Mundo” de Germán Arciniegas, por módicos 20 mil COP (7 CAD), sin duda pensé, allí encontraría mi respuesta. 


El Meme de los internautas


LA RAÍZ DEL NOMBRE: AMÉRICA 

El nutrido y apasionante libro es un acercamiento a la vida de Amérigo Vespucci, aquel italiano-florentino que venía de una familia tradicional del pueblito de Peretola, su apellido Vespucci significa Avispa o “Avispados”, y Amérigo viene siendo traducido como Amaury o Amalarico, en castellano sería algo así como Amaury Avispado. Le nombró así su padre en honor a un rey godo, Amalarico. El florentino nació en una familia populosa y de abolengos, creció en el barrio de Todos los Santos. Su adolescencia fue en pleno renacimiento, donde el pensamiento se potenció en las artes, el humanismo, las ciencias, creaban un despertar y popularización del conocimiento que migró a tierras italianas luego de la caída de Constantinopla (hoy Estambul) por los Otomanos. 

Detalle de Simoneta Vespucci en el Nacimiento de Venus por Sandro Boticcelli

Una gran sorpresa, Amérigo creció siendo vecino de genios, sus tíos Giorgio Antonio y Guido Antonio eran cercanos a sabios del intelecto como Marcelo Fiscino, Lorenzo de Medicis “El magnífico”, el poeta Poliziano, los pintores Ghirlandaio, y el gran Sandro Botticelli y su musa, Simonetta Vespucci (esposa de uno de sus primos), en épocas de Leonardo Da Vinci, Miguel Angel, Rafael, Maquiavelo, Pico de la Mirandola…todos ellos soportados con las bases dadas unos años antes por el arquitecto Brunelleschi y su cúpula de Santa María del Fiore y las letras de Dante...el apogeo del pensamiento. Era como si el Universo hubiese juntado en un solo lugar a las mejores mentes, como pasó en Atenas en la época de Sócrates, Platón y Aristóteles y los cientos de filósofos. 

El Libro de Germán Arciniegas, 
Amérigo y el Nuevo Mundo – Alianza Editorial – 1990
Foto: Jorge TORRES


En su juventud tuvo una vida austera en el barrio de Todos los Santos de Florencia, fue disciplinado, aprendió tareas diplomáticas con su tío Guido y su parte científica y filosófica con su tio Giorgio, ambos lo formaron en su juventud en el libre pensamiento y cultivar el intelecto. Sobre los treinta años Vespucci terminó representando los negocios de uno de los Médicis: Pierfrancesco de Médici “el Popolano“ –“El popular”, quien lo mandó al reino de España a seguir sus empresas. Por esa época era común que los ricos mercaderes de las ciudad-estado italianos, como Génova, Venecia, Milán, Bolonia, entre otras, tenían participación en el mercado ibérico, especialmente en Sevilla, la ciudad de mayor importancia comercial por su cercanía al Atlántico, lugar donde llegaban las mercancías marítimas del lejano Oriente: China y la India, la ruta de la seda. De hecho los italianos eran los más interesados en financiar las nuevas rutas. En Sevilla, Andalucía, España, Amérigo conoció a varios de sus coterráneos migrantes en la península itálica, entre ellos un comerciante, hombre mayor que partiría a aventurarse hacia las Indias por el Atlántico, algo no hecho antes. Esto debido al monopolio portugués de potentes navegantes que bordeaban el África hasta la India y el control y bloqueo de los mares por los turcos en el mediterráneo, el nombre del viejo comerciante: Cristóbal Colón. 

Retrato de Pierfrancesco Medici - "El Popolano" por Sandro Botticelli
Recientemente vendido como uno de los cuadros más costosos de la historia



AMÉRIGO, EL HOMBRE QUE NO BUSCABA NADA Y SE ENCONTRÓ TODO 

Colón recién “Descubría la nueva ruta de comercio de las Indias”. Ante este suceso la corona española, mientras el genovés hacía su segundo viaje a las nuevas tierras, licitaron para que arriesgados empresarios patrocinaran expediciones, ya que los reyes tenían recelos de un posible super poder monopolioeconómico de Cristóbal por sus descubrimientos en la Española, hoy República Dominicana. Entonces se embarcó con otros marineros el joven Amérigo, como uno más en un primer viaje financiado por mercaderes italianos en 1495. Allí el florentino visitó las tierras que en el futuro llevarían su nombre. 

En Centro América llegó a la actual Costa Rica y bordeó México en las costas de Yucatán. A su regreso, los reyes de Portugal le convencieron para reclutarlo al conocer de su primera exitosa travesía y junto al capitán de la flotilla de barcos variaron los grados del sextante y se lanzaron más hacia el Sur, allí llegarían a las costas de Venezuela, al igual que Cristóbal; Amérigo y la tripulación les pareció llegar al paraíso terrenal cuando arribaron a la actual Isla Margarita y las montañas en formas de sensuales senos femeninos, conocidas hoy como las “Tetas de María Guevara”, luego llegaron hasta el Brasil. 

Las tetas de María Guevara – Isla Margarita – Venezuela
Foto: Internet

Su viaje más épico, fue el tercero en 1502, con los portugueses cuando alterando de nuevo los cálculos matemáticos y los grados del sextante atracaron de nuevo en Venezuela, y luego al Brasil donde vieron a los primeros caníbales, pero también a aborígenes con su forma despreocupada de vivir, donde la gente desnuda llegaba a ser muy longeva (los lugareños contaban las lunas llenas para calcular el tiempo de vida y lo plasmaban con cantidades de piedras), tenían gran salud, comían sano, libertad sexual, vida al aire libre y en general una extraña armonía en paz sin un perceptible órden social de compromisos maritales ni responsabilidades familiares. Posteriormente navegaron más al sur hasta llegar a la actual Mar del Plata, lugar que llamaron, “El Río Jordán”. 

Amérigo descubrió en sus viajes a Costa Rica, parte de Venezuela, Brasil (Rio de Janeiro o Rio de Enero por la fecha de enero en la que llegaron), el actual puerto de Santos, cerca de Sao Paulo, porque lo descubrieron el día de todos los santos (1 de noviembre y que le recordó ese nombre a su barrio en Florencia) y Sao Paulo, el día de San Pablo. Inauguraron la tradición de descubrir un lugar y ponerle el nombre del santo del día como ofrenda a Dios, Vespucci era muy creyente. Y en Argentina, el Rio Jordán hoy Mar del Plata, actual región de Buenos Aires. 

Allí llegó a escribir las primeras crónicas y cartas que junto a las de Colón hicieron la primera literatura del continente, en español, italiano y portugués. Vespucci no alcanzó en sus viajes a descubrir un lugar donde se terminaría esa gran costa y tierra: la Patagonia, eso lo lograría años después Magallanes, y también el lugar donde se encuentran los dos oceanos: Panamá, eso lo descubriría Balboa. Intuiciones que tenía y de las que imaginaba según sus cálculos y cartas de navegación. 

A diferencia de Colón que estaba obsesionado por las riquezas y el oro por su origen de comerciante. Amérigo se apasionó por el conocimiento, en sus escritos relata la navegación guiada por las estrellas, especialmente la Cruz del Sur y los planetas, cálculos innovadores matemáticos, manejando de manera científica los instrumentos y las rutas, se hizo experto en las nuevas tierras y sus cielos. Se dice que los escritos de Vespucci inspiraron a Copérnico para cambiar al modelo heliocentrista. Sus cartas sociológicas sobre las tribus de Venezuela y Brasil inspiraron a Tomás Moro para escribir luego la Utopía. Sus relatos y mapas ayudaron a las escuelas españolas, francesas, alemanas para mejorar los planisferios y la cartografía. Y su experiencia en los barcos creó la más importante escuela de navegación en España, ubicada en Sevilla instruyó a los capitanes hispánicos para llegar al continente que nombró “Mundus Novus”, los conquistadores ibéricos aprendieron del mejor maestro hasta el final de sus días. 

EL NOMBRE DEL CONTINENTE 

Vespucci fue ante todo Florentino, pero también ciudadano del Reino de España cuando recibió su nacionalidad en 1505 por el Rey Fernando II de Aragón al reconocer sus viajes y exploraciones, que sin ser capitán influyó en las rutas y descubrimientos, fue un Florentino-hispano que además se casó con la sevillana María Cerezo. La carta de 1502 de su tercer viaje fue decisiva que rápidamente fue impresa como primicia urgente en toda Europa. Por sus múltiples viajes concluyó que las tierras visitadas no eran la India como Colón había promulgado hasta sus últimos días, sino un “Mundus Novus”, un Nuevo Mundo, una gran masa de tierra por explorar. Esas simples dos palabras revolucionaron a todo el viejo continente más que el mismo descubrimiento errado de la ruta a la India que creía Colón. 


Detalle del Planisferio de Wadseemüller – 1507 
Retrato de Vespucci. Foto de Internet

Y era un Nuevo Mundo para los europeos, ya que desde su llegada a las nuevas tierras, Amérigo reconocía a los pueblos ancestrales y civilizaciones con sus particulares organizaciones sociales, su manera de vivir, desnudos, muchos amigables, inocentes, respetuosos, otros violentos, salvajes y caníbales. Todos sus relatos y la noticia del “Mundus Novus” fueron llegando al antiguo Monasterio de Saint-Dié-des-Vosges al Norte de Francia, cerca de Estrasburgo en 1507, donde unos estudiosos monjes luego de reflexionar sobre las cartas de Vespucci en las nuevas tierras hicieron innovadores planisferios y mapas y luego de filosofar, llegaron a la conclusión de buscar un nombre para el continente, cambiarle la denominación de “Mundus Novus”. Se dice que fue el poeta y obispo Jean Basin de Sandacourt quien jugó con el nombre de Amérigo ya que pretendían reconocer a la persona que mediante el ingenio y la ciencia dedujo el nuevo continente, e inspirado por el nombre femenino de los otros continentes: Europa, Asia, África, llegó al nombre adecuado de: AMÉRICA. En un mapa o planisferio del obispo Wadseemüller en el tratado llamado Cosmografia Introductio, escribieron la nueva denominación, dejando claro que intuían que América sería una cuarta parte de la tierra, lo imprimieron y se empezó a popularizar y normalizar. Así quedó nombrado el continente.

A esta abadía al norte de Francia, siglos más tarde llegaron los soldados alemanes Nazis, y salvajemente explotaron con dinamita la sala con la prensa que imprimió los mapas, los vestigios volaron quemados en miles de pedazos perdiéndose para siempre la biblioteca donde se nombró el continente americano. Hoy solo existe tímida una placa en el lugar. 

Saint-Dié des Vosges, Francia.
Foto: Internet

EL NOMBRE DE AMÉRICA Y SU RELACIÓN CON LOS ESTADOS UNIDOS 

En los primeros planisferios y mapas desde 1495 hasta los de 1507 de Wadseemüller se relacionó siempre al Caribe, Sur y Centro América, en 1502 tímidamente aparece la península de la Florida, mientras se descubría el continente. Estados Unidos o las primeras regiones de Norteamérica en la Costa Este, apenas se empezaron a relacionar en 1612, casi cien años después de la muerte de Amérigo en 1512. En 1822, el V presidente de los Estados Unidos James Monroe al ver la independencia de las nacientes repúblicas latinoamericanas del Imperio Español sugirió la célebre y confusa frase de “América para los americanos”, algunos de los estadistas de las recientes y frágiles repúblicas la adoptaron como un soporte a Latinoamérica, ya que al principio denotaba apoyo a la independencia de cada país del continente respecto a Europa, sin embargo fue el comerciante y militar chileno Diego Portales en 1823 quien advirtió en una carta a sus corresponsales en el Perú, denunciaba que los Estadounidenses se estaban auto dominando y apropiando el nombre de América, que esa denominación no le generaba confianza y profetizaba que de nada serviría la independencia a los nuevos países de las potencias europeas si los latinoamericanos en el futuro no serían libres de los autodenominados Estados Unidos “Americanos”. 

Otro factor clave de la apropiación del nombre América por parte de los Estados Unidos viene de la gran migración de los Europeos, casi 32 millones durante los siglos XIX y XX, muchos se referían a “América” pasar el océano en barco hacia el país del Tio Sam y la Isla Ellis, lo que generó tal vez por facilidad pronunciar el nombre América en lugar de la larga apelación de Estados Unidos, generando una ignorancia facilista colectiva en ambos lados del charco que se mantiene hasta nuestros días. 

CONCLUSIÓN 

Luego de leer y hacer un breve recuento sobre la vida de Vespucci para buscar responder las dos preguntas, la primera de ¿Qué relación directa tienen los Estados Unidos con el nombre de América? La respuesta es, no hay relación directa de Amérigo Vespucci con los Estados Unidos, él jamás piso Norte América, lo más cercano fue divisar desde lejos las costas de la Florida en su primer viaje. Los países que tendrían más méritos para utilizar el nombre de América (aparte de todo el continente sabiamente nombrado por los eruditos clérigos franceses) son: Costa Rica, Venezuela, Brasil y Argentina, lugares que visitó y descubrió, además de su profunda relación con sus dos nacionalidades: Florentino (hoy italiano) y español, en Sevilla está enterrado con su familia. Vespucci hablaba: italiano, español y portugués, Vespucci era un alma latina. Por lo tanto, el nombre de América no tiene relación directa con Estados Unidos, salvo que hace parte del continente como un país más en Norteamérica. El meme de los internautas es completamente válido. 

Planisferio de Wadseemüller (Coloreado) – 1507 
Cosmographiae Introductio, donde se nombra por primera vez al continente
Foto de Internet


¿Por qué se autodenominan los Estados Unidos como América en vez respetar el nombre del continente? Aunque no hay una respuesta clara, se puede clasificar en dos motivos de autodenominación de americanos por parte de Estados Unidos: geopolítica arbitraria y analfabetismo colectivo. Geopolítica arbitraria a partir de la confusa frase de James Monroe, de querer sin bases éticas y morales utilizar un nombre que nada tiene que ver con la historia de ese país con el fin de ser preponderantes en el continente. 

Ignorancia colectiva porque la mayoría de los estadounidenses no saben quién fue Amerigo Vespucci, que nada tuvo que ver con Estados Unidos y su nombre es utilizado sin base académica e histórica por ese país. Estados Unidos ha creado personajes y organizaciones con este nombre, auto denominaciones superficiales como el Capitán América, el Café Americano, American Airlines; pero no fueron capaces (y ningún otro país, salvo Colombia) de hacer al menos un monumento del personaje que tanto se vanaglorian y apropian, como si lo hicieron por ejemplo en Bogotá, el primer y único gran monumento a Amerigo Vespucci en el mundo, ubicado en la carrera séptima con 98, hecho apenas 1988 por parte del escultor Octavio Martínez Charry, es increíble que a ningún otro país se le haya ocurrido, (especialmente al país del Capitán América) un altar al gran Amerigo Vespucci. Monumento que personalmente es de los más bellos que he visto, elegante, sencillo, Amérigo con el globo terráqueo y el continente atrás. 



Monumento a Amérigo Vespucci – el primero y uno de los pocos en el mundo
Bogotá – Colombia. Escultor Octavio Martínez Charry. 1988.
Foto: Internet

Por lo tanto, debemos hacer que cualquier habitante del continente americano, sin miedo y duda debe responder con orgullo, soy américano, pero del continente, así como los europeos o asiáticos, para desmentir a Estados Unidos que se ha apropiado de manera arbitraria y sin bases del nombre de América, tal como lo hemos visto y combatir la ignorancia colectiva de la apelación de “Americano”,  “American”, “Les Américains” solo para los Estados Unidos. 

El meme es muy correcto y necesario por parte de los internautas, y sostenido sobre las investigaciones de Germán Arciniegas en su magistral libro de “Amérigo Vespucci y el Nuevo Mundo” o el texto del argentino Roberto Levillier con su hermoso titulo “América, la bien nombrada”. La pregunta final es, ¿algún estadounidense leerá estos libros? ¿Trump?. No lo creo, seguirán creando las fantasías superficiales del Capitán América con políticas absurdas junto a la ignorancia colectiva y nosotros, los pocos lectores y escritores enfrentándolo, con letras profundas al verdadero superhéroe, o mejor, como lo llamaré: el gran navegante, científico, escritor, sociologo Amérigo Vespucci. 


 











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